Interacción con la Máquina

Interacción con la Máquina
El hombre y la máquina

jueves, 6 de diciembre de 2007

Malas interfaces

Interactuamos con el mundo que nos rodea a través de cientos de interfaces. Muchas de ellas son tan conocidas y aceptadas, que ni siquiera las vemos.
Dado que las interfaces no son nuestro objetivo, sino un medio de llegar a él, la mejor interfaz es aquella que no se ve. Sin embargo, muchas de ellas, por nuevas y desconocidas, o por conocidas pero mal diseñadas, son visibles. Por lo tanto, la interfaz deja de ser una extensión de la mente y pasa a ser un obstáculo entre el usuario y su objetivo a realizar.
El mejor sistema o herramienta perfecta es inútil si no podemos interactuar con él. Algunas, son tan complejas que dificultan la conversación persona-ordenador. Cuanto más compleja sea una interfaz menos placer y más frustración causará en la persona con respecto a la consumación de su objetivo.

En otras ocasiones, las interfaces son tan complejas que no permiten el funcionamiento pleno de las mismas. Podrán poseer la última tecnología pero si la persona no las comprende es difícil encontrarles su utilidad. Las interfaces deben facilitar, no ser un freno.

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