Interacción con la Máquina

Interacción con la Máquina
El hombre y la máquina

jueves, 6 de diciembre de 2007

Ideas extremas

Uno de los lados del Polígono de Ideas que convergen hacia la Sociedad de Comunicación, de Información, de Imagen, lo conforman las llamadas "interfaces". Ser parte de este polígono implica que, de algún modo, tienen influencia sobre la cultura y la vida cotidiana de la gente. ¿Qué producen en el aprendizaje, en la comunicación, en la vida cotidiana? "Son muy pocas las herramientas que transforman la cultura hasta el punto de reescribir el pasado e inventar el futuro" (Alejandro Piscitelli). Con esta cita comienza el primer capítulo del libro Hacer clic, de Carlos Scolari: La ilusoria transparencia de las interfaces; donde explica su teoría de que éstas, por el momento, están lejos de ser naturales y transparentes. Comprender la importancia de la transparencia, y de la desaparición del ordenador como dispositivo, es lo que nos proponemos hacer con este blog ¿Es realista pensar en la computadora como extensión de la mente y herramienta de comunicación, en la que la interactividad toma la forma del lenguaje humano? ¿Hasta qué punto se puede hacer posible un "el otro fuera de mí que me interroga sobre mis propios procesos mentales"? ¿Alcanzarán alguna vez las interfaces una perfecta naturalidad que haga posible el desenvolvimiento de una conversación de tipo humano?

Interactuando entre interfaces

En la actualidad las computadoras han invadido de alguna manera toda actividad que desarrolla el hombre. Ya existen pocas acciones que se puedan realizar sin la ayuda de los ordenadores.
Ellas han cambiado las formas de percibir el mundo. Las computadoras han logrado insertarse en la vida de los individuos hasta cambiar la forma de relacionarse con la naturaleza y entre ellos.
La sociedad de hoy, vive en constante interacción con diferentes interfaces.

Las cuatro metáforas

"Si a uno le llama la atención una metáfora, quiere decir que ha fracasado, porque cuando las cosas salen bien, no se notan" Jorge L. Borges. La metáfora nos permite explicar lo que nos resulta nuevo. Cuando "sale bien", es cuando se naturaliza y pasa desapercibida. Es decir, pasa a ser la experiencia.
Las interfaces tienen 4 metáforas diferentes, que no explicitan todos los aspectos sobre las mismas, sino que cada una desarrolla la relación hombre-maquina dada desde una perspectiva en particular: Metáfora conversacional: como diálogo persona-operador; Metáfora instrumental: como prótesis del cuerpo del usuario; Metáfora superficial, como superficie osmótica que permite el intercambio hombre-computadora; Metáfora espacial: como entorno de interacción. Cada una de estas, describe ciertas características dadas en la relación persona-ordenador, en desmedro de otros. La que por el momento es de nuestro interés, es la metáfora instrumental.
El problema que planteamos es que el instrumentalismo de la idea de interfaz como extensión del cuerpo, limita la posibilidad de reflexionar sobre la interactividad hombre-maquina como algo natural, que pase desapercibido.

El mito de la transparencia de las interfaces

A pesar de los nuevos desarrollos que se fueron alcanzando en el área, no todos creen que la interacción hombre-máquina esté cerca de ser una actividad automática, natural y transparente. Con la difusión de las interfaces gráficas y el diseño interactivo, la idea de "transparencia" cambia. Desde entonces, hablar de transparencias hacía referencia a la interfaces de más fácil interpretación, sin necesidad de ir más allá de la pantalla. “Interacción transparente” nos remite a aquella interacción en la cual el usuario se olvida de la interfaz y se concentra en el trabajo que debe efectuar.
Sin embargo, esto es por el momento una ilusión: que parezca interacción transparente no quiere decir que efectivamente lo sea, pues no debemos olvidar los varios procesos cognitivos que se encuentran de por medio. Es evidente que el uso de las interfaces actuales presenta la activación de una red de procesos semióticos y cognitivos; lo que las aleja de aquel ideal. En cuanto a estos procesos semio-cognitivos, muchos son los que trabajan sobre el tema. Se están estudiando los significados sociales y culturales de los objetos cotidianos, para, de este modo, superar el instrumentalismo presente en las teorías que consideran a la interfaz como una simple extensión; y a la interacción, una actividad natural y automática. Se trata entonces de hacer una lectura en clave, interpretativa y contractual.

Malas interfaces

Interactuamos con el mundo que nos rodea a través de cientos de interfaces. Muchas de ellas son tan conocidas y aceptadas, que ni siquiera las vemos.
Dado que las interfaces no son nuestro objetivo, sino un medio de llegar a él, la mejor interfaz es aquella que no se ve. Sin embargo, muchas de ellas, por nuevas y desconocidas, o por conocidas pero mal diseñadas, son visibles. Por lo tanto, la interfaz deja de ser una extensión de la mente y pasa a ser un obstáculo entre el usuario y su objetivo a realizar.
El mejor sistema o herramienta perfecta es inútil si no podemos interactuar con él. Algunas, son tan complejas que dificultan la conversación persona-ordenador. Cuanto más compleja sea una interfaz menos placer y más frustración causará en la persona con respecto a la consumación de su objetivo.

En otras ocasiones, las interfaces son tan complejas que no permiten el funcionamiento pleno de las mismas. Podrán poseer la última tecnología pero si la persona no las comprende es difícil encontrarles su utilidad. Las interfaces deben facilitar, no ser un freno.

Heliodisplay, una nueva forma de ver el aire

El Heliodisplay, desarrollado por IO2 Technologies, es un dispositivo que proyecta la imagen en una capa de helio muy fina en el aire. Esta nueva tecnología no necesita pantallas, monitores u otras superficies físicas conocidas para poder proyectar y exhibir sus imágenes, sólo cuenta con una caja negra especial que proyecta la imagen en el aire conectada a computadora portátil. El Heliodisplay es una tecnología interactiva que proyecta en el aire una serie de imágenes que pueden ser manipuladas con la punta de los dedos. Estas imágenes son bidimensionales, y no son holográficas. Este invento fue creado por Chad Dyner, estudiante graduado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Él dice que puede revelar muy poco acerca del dispositivo: "Todo lo que puedo decir es que es un sistema muy simple, utilizando aire normal, el dispositivo convierte las propiedades de reflejo del aire. El aire es capturado, convertido instantáneamente, y expulsado nuevamente. Luego se proyecta la imagen sobre este aire convertido”.El Heliodisplay no es el primer dispositivo que proyecta imágenes en el aire, pero su capacidad de interactividad, por la cual Dyner describe a este dispositivo como una "pantalla sensible virtual", lo diferencia de otra máquina similar denominada FogScreen hecha por Finnish Company. Dyner dice que el Heliodisplay utiliza un sistema rastreo mediante un láser óptico para seguir los movimientos de los usuarios: "Puede utilizarse un bisturí, un lápiz, una lapicera, una mano, un dedo”, dice. Chad Dyner y asesores aclaran que la tecnología del aparato no está todavía lista para salir al mercado pero argumentan que esta tecnología podría algún día revolucionar la forma en que vemos al aire

Hacia una nueva forma de interacción con la máquina

Hoy en día Jeff Han, científico estadounidense, planteó una nueva forma de interactuar con la computadora sin la necesidad de interfaces analógicas comunes.
Jeff Han creó una computadora sensible que permite al usuario interactuar de una forma diferente a las computadoras digitales comunes. Ésta nueva tecnología elimina el mouse o el teclado posibilitando al individuo comunicarse con la máquina con sólo tocar la pantalla del ordenador con la mano. La nueva computadora permite un manejo de la máquina de una manera más sencilla, divertida y entretenida. “Esta innovación cambia la manera en que vamos a interactuar con las máquinas de ahora en adelante”, dice Jeff Han